Dado el espacio, podría parecer que los aviones serían lugares privilegiados para que el Covid-19 se propague rápidamente. Sin embargo, cuando se analizan los factores involucrados y la probabilidad de entrar en contacto con el virus dadas las medidas de seguridad de las aerolíneas, las probabilidades de infectarse son mucho menores de lo que pensaba. ¡Gracias, investigaciones!
Arnold Barnett, profesor de ciencias de la gestión en el MIT, quería determinar las probabilidades reales de contraer el Covid-19 mientras volaba. Si bien sus hallazgos no tienen en cuenta los aeropuertos u otros aspectos de los viajes, nos da algo de tranquilidad la próxima vez que abordemos un avión.
Barnett consideró una variedad de variables, incluido sentarse cerca de una persona contagiosa, las probabilidades de que las máscaras (requeridas en la gran mayoría de las aerolíneas) no brinden protección, sistemas avanzados de filtración de aire y asientos intermedios vacíos.
El profesor descubrió que tenemos aproximadamente 1 posibilidad entre 4.300 de contraer Covid-19 mientras volamos en un vuelo completo de dos horas y 1 posibilidad entre 7.700 si la aerolínea deja el asiento del medio libre.
Si vamos aún más lejos, Barnett determinó que las probabilidades de morir a causa de un caso contraído durante el vuelo son de 1 en 400.000 o de 1 en 600.000, según el grupo de edad, el nivel de riesgo y otros factores de salud. El propio Barnett ha dicho que a pesar de las probabilidades que suenan bajas, no se sentiría cómodo volando en este momento dada su edad, 72 años.
Sus hallazgos están respaldados por la profesora de biología de la Universidad de Massachusetts, Erin Bromage, quien aseguró que los sistemas de intercambio de aire en los aviones son incluso mejores que en los hospitales, reemplazando completamente el aire de la cabina 30 veces por hora. Sin embargo, para mantener su riesgo lo más bajo posible, tanto Barnett como Bromage sugieren elegir aerolíneas que siempre mantengan abierto el asiento del medio.
Los datos de Australia validan aún más estos hallazgos: de acuerdo con el sistema de rastreo de contactos del país oceánico, aunque varias personas infectadas han abordado aviones en los últimos meses, nadie se ha infectado en el propio avión.
Los resultados de la investigación de Barnett no han sido revisados por pares, pero se publicaron en forma preimpresa en línea.
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