La capital andaluza es hoy en día una de las ciudades con más naranjos del mundo contando con más de 40.000 árboles de esta especie.
El naranjo fue llevado de China se dice que no como simple árbol frutal u ornamental sino por la tradición a él vinculada que decía que la felicidad del futuro dueño estaba garantizada.
Mitología griega
Se dice que su relación comienza con la mitología griega donde se cuenta que Hércules, fundador mitológico de Sevilla, cumplía los doce trabajos encomendados por Euristeo. Tras robar el ganado de Gerión en Eriteia (Cádiz), tuvo que romper la cordillera que hoy es el estrecho de Gibraltar, cruzó de nuevo a África para conseguir la manzana de oro de la inmortalidad, asociada a la naranja.
Antes de afrontar la última misión y sacar al perro de tres cabezas Cerbero del infierno. Hércules descansó en Sevilla con su manzana dorada, la naranja.
Historiadores
Por otro lado, algunos historiadores confirman que fueron los marinos genoveses los encargados de llevar la naranja amarga a Sevilla.
Esta especie está relacionada con la felicidad y este motivo a que muchos sevillanos plantarán en sus calles y patios un naranjo. Esta creencia además, hizo que los árabes también plantaran naranjos por toda la ciudad de Sevilla.
Sin embargo, los árabes no lo hicieron solo por esta razón. Se dice que andalusí los naranjos se plantaron de manera ornamental para dotar de aún más belleza a esta hermosa ciudad española.
Además, debido al olor de la flor del naranjo, el azahar, los musulmanes plantaron naranjos por toda la ciudad para usar su exquisito olor para fabricar perfumes y aceites, ya que tenían la intención de convertir a la ciudad hispalense en la capital mundial de la perfumería.
Gastronomía
El naranjo también triunfó en la gastronomía y su historia es la siguiente:
Se dice que durante las campañas navales hacia África, marineros británicos sufrían de escorbuto, una enfermedad que se produce por falta de vitamina C debido a esto necesitaban incrementar su consumo, pero se encontraban con el problema de que para conservar los frutos tenían que macerarlos con azúcar.
Así encontraron en el sabor que daban los frutos de los naranjos de Sevilla e incrementaron su plantación. Esta mermelada pronto llegó a la Casa Real Británica quienes enamorados de este producto propiciaron la industrialización de este producto y por ende se multiplicara el número de naranjos amargos en Sevilla. Una razón más por la que hoy esta ciudad es la reina de los naranjos.
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